Activistas del Laboratorio Social han colaborado en la recuperación de un
inmueble en la calle Dámaso Merino, pasadas las 21h de esta noche. Los
ocupantes han hecho público el siguiente comunicado:
*RECUPEREMOS EL VACÍO: 15M 2012*
En este último año no hemos dejado de salir a las calles para protestar,
revindicando nuestros derechos mientras veíamos como la situación social se
agudizaba y la crisis golpeaba a nuestras compañeras, amigas, vecinas…
En noviembre recuperamos un espacio institucional en desuso desde hace un
lustro para construir alternativas ciudadanas ante los recortes sociales.
Allí se desarrolló durante tres meses una intensa actividad con debates,
asambleas, exposiciones, comedores, talleres, creación de una biblioteca
social… hasta que un fuego intencionado buscó quemar nuestros sueños. Pero
el apoyo de todos nos hizo trabajar con más fuerza en el proyecto, y tras
una hacendera logramos devolverle una cara más amable al edificio. Sin
embargo, poco nos duró la alegría ya que al cabo de una semana fuimos
desalojados por unos agentes de seguridad privada a sueldo de la Junta de
Castilla y León.
Hace ya tres meses de esto, y desde entonces el antiguo Laboratorio
Pecuario ha vuelto a estar vacío y sin alma; y lo que es peor, sin un
proyecto claro para un uso futuro. Simplemente hay unos carteles colgados
de sus puertas que indican: “Propiedad privada. Prohibido el paso”.
Mientras tanto hemos tenido que aguantar todo tipo de inclemencias en las
calles para poder seguir desarrollando nuestra actividad.
Hasta aquí nuestra ncesidad de espacios, ahora vamos con el porqué de este
lugar.
En los Presupuestos Generales del Estado se ha realizado un recorte de más
de 10.000 millones de euros en educación y sanidad, mientras que apenas se
reducen las partidas presupuestarias para la policía, la Casa Real y el
ejército; y a la Iglesia no se le recorta en un ápice su asignación
presupuestaria. De hecho la Iglesia disfruta de una exención al pago del
IBI en todo su patrimonio, no solo en sus locales de culto. Todo esto priva
al Estado de numerosos ingresos que podrían dedicarse a paliar el déficit
presupuestario (sin olvidar que la mayor partida presupuestaria va para
pagar la “deuda”; una deuda privada que han querido hacer pública,
responsabilizándonos a todos los ciudadanos de los errores cometidos por
las entidades privadas: bancos y grandes empresas).
A la vez que esto sucede nos dicen que la Iglesia es uno de los organismos
que más contribuye a paliar las consecuencias de la crisis entre los más
pobres, con sus programas caritativos y de ayuda. A la hora de presentar la
Declaración de la Renta es cuando más fuerza cobra la campaña de la Iglesia
por dulcificar su imagen, centrando la atención en sus programas de ayuda
para alejar el interés de los escándalos sexuales y económicos por los que
suele ser noticia.
Y así es como llegamos hasta este edificio, un inmueble propiedad del
obispado de León que se alquila por la nada desdeñable cifra de 5000€
mensuales en estos tiempo de crisis. Cansados de que llueva sobre nuestras
cabezas hemos decidido asentarnos en este inmueble, buscando ese lugar para
experimentar formas de organización social alternativas y abiertas a todos
que quisieron arrebatarnos tras el desalojo del Laboratorio Social.
Sin embargo, nuestra voluntad de diálogo con los propietarios del inmueble
es firme, de modo que estamos dispuestos a abandonar el edificio si hay
garantías de que el dinero obtenido con el alquiler va realmente para esos
programas de apoyo social con los que cuenta la Iglesia. Por ello,
proponemos que una asamblea ciudadana verifique el uso que el obispado da a
las rentas que le proporciona este edificio, comprobando que ese dinero se
utilice para financiar los programas de ayuda social en esta ciudad.
Un año después volvemos a devolver con nuestras iniciativas a otro espacio
vacío la vida y actividad que nunca debió abandonarlo. Un año después,
seguimos avanzando.